Han pasado cosas increíbles en los últimos meses; cambiar de colegio puede sonar absurdo e incluso irrelevante, pero significó demasiado, entre otras cosas, enfrentarme a muchas personas para defenderse y ser escuchado.
Tomar esa decisión y mantenerme fiel a ella supuso un cambio importante en varios aspectos, unos más previsibles que otros.
Hoy, alrededor de 6 meses después de haber atravesado todo ese proceso, sin saber lo que vendría, estoy convencido de que fue la mejor decisión.
Admito que hay dificultades, como en todo, pero, estas nuevas personas y experiencias me han enriquecido de formas que no habría imaginado.
Alejandro, Silvana, Juanita, Sofía, Giovanny, Gabriela, George, Víctor, Clara, Santiago, Brenda, Sarita, Isabela, Juan David, Juan Andrés, Gerson, Sara, Fredy, Carlos, Jefferson, David Sebastián.
Todos ellos son personas diferentes, únicas a su modo y con su propia esencia, algunas que no me he dado el tiempo de conocer bien, aún.
Aunque, entre tantas diferencias sale a relucir una auténtica unidad, una que no se ve en cualquier lugar ni en cualquier momento, y pensar en esa unidad como algo no muy visto, transmite tranquilidad y bastante alegría.
Cuando recuerdo que falta menos de un año para salir a un mundo distinto al que he conocido durante la mayor parte de mi vida, solo vienen a mí 2 cosas.
La primera, definitivamente me gustaría tener más tiempo para compartir con todos y cada uno de ellos.
Y la segunda, es que no hay personas más maravillosas con las que me gustaría terminar esta etapa de mi vida.
Aunque el tiempo sigue en marcha, y cada vez falta menos; quiero agradecer a todos ellos por hacerme sentir bienvenido y del mismo modo convertirse en una gran familia con la que compartir las experiencias de un grado tan importante como lo es 11° es una elección y un placer, todos ellos son personas increíbles, cosa que admiro y agradezco. Gracias a todos.
¿Por qué esta imagen?
Porque todos ellos me recuerdan la calidez y suavidad de una flama, pero igualmente, la tenacidad que llega a tener. También la forma en que entre ellos se protegen y se cuidan incondicionalmente, un aspecto que aprecio bastante de las personas con las que convivo este año.
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